Trastorno mixto ansioso-depresivo: definición, causas y tratamiento 2021


El trastorno mixto ansioso-depresivo ha suscitado gran polémica en su concepción y no ha sido recogido por todas las clasificaciones de diagnósticos existentes. No es que no se reconozca su existencia, pero en ocasiones se ha considerado que se trata o de un trastorno depresivo con características ansiosas secundarias y no un único trastorno.

En el trastorno mixto ansioso-depresivo están presentes síntomas de ansiedad y de depresión, pero ninguno de ellos predomina de forma clara ni tiene la intensidad suficiente como para justificar un diagnóstico por separado.

8 Síntomas del trastorno mixto ansioso-depresivo?

1. Alta irritabilidad

Más que tristeza, más que sentimientos de pesadumbre, la persona con esta condición mental lo que experimenta es mal humor, irritabilidad, sensación de que todo lo molesta, le enfada y le frustra. Nada logra distraerle ni aportarle bienestar.

2. Síntomas del trastorno mixto ansioso-depresivo: desesperanza

Al mal humor se le añade ese factor que acompaña de manera ineludible a los trastornos depresivos: la falta de esperanza, la sensación de que nada mejorará, de que hagan lo que hagan su realidad no va a cambiar.

3. Preocupación recurrente e irracional

Uno de los síntomas del trastorno mixto ansioso-depresivo es la preocupación constante. Ahora bien, se trata de un patrón de pensamiento ansioso, irracional y obsesivo. La persona pone la atención en aspectos improbables, en circunstancias que no siempre tienen sentido y que solo le sirven para reforzar el miedo y la angustia.

4. Hipervigilancia, sensación de peligro

Los pacientes que sufren ansiedad y depresión al mismo tiempo evidencian un estado de hipervigilancia muy llamativo. Están atentos a los pequeños detalles creyendo que estos solo van a traer fatalidades.

Lejos de mantenerse desconectados de su realidad (como podría suceder con la depresión), están pendientes de cualquier evento, noticia, matiz insignificante.

5. Llanto fácil

Las emociones son ese nudo en la garganta que estalla al poco en lloros, es esa nube mental que siempre atormenta y que necesita de las lágrimas para desahogarse… Este es un factor muy habitual en este trastorno.

6. Cambios en la alimentación

Por término medio, es muy común que aparezca hiperfagia, es decir, mayor sensación de hambre, lo cual se traduce a menudo en los clásicos atracones.

7. Síntomas del trastorno mixto ansioso-depresivo: pensamientos autolíticos

Los pensamientos autolíticos se relacionan con la ideación lesiva, es decir, con la intención de recurrir a las autolesiones como mecanismo para liberar el dolor emocional.

8. Síntomas físicos

La sintomatología física es muy llamativa en este tipo de condición clínica. Por lo general, podemos apreciar las siguientes características:

  • Cansancio físico.
  • Cefaleas.
  • Alteraciones del sueño.
  • Alteraciones digestivas e intestinales.
  • Temblores y mareos.
  • Sensación de debilidad.
  • Dolores musculares.

Asimismo, uno de los síntomas del trastorno mixto ansioso-depresivo es la falta de higiene, la ausencia de ganas a la hora de vestirse, asearse, ducharse…

¿Por qué se produce este trastorno?

Cuatro líneas experimentales sugieren que los síntomas de ansiedad y síntomas depresivos están ligados a una causas identificada.

En primer lugar, varios investigadores han hallado causas neuroendocrinas similares en trastornos depresivos y de ansiedad. Estos incluyen el aplanamiento de la respuesta de cortisol a la hormona adrenocorticotropa, el aplanamiento de la respuesta de la hormona de crecimiento a la clonidina y el aplanamiento de la hormona estimulante del tiroides y las respuestas de la prolactina a la hormona liberadora de tirotropina.

En segundo lugar, varios investigadores han presentado datos que identifican la hiperactividad del sistema noradrenérgico como un factor relevante en el origen de los trastornos depresivos y de angustia de algunos pacientes.

Específicamente, estos estudios han encontrado que los pacientes deprimidos y con trastornos de angustia que experimentaban activamente una crisis de angustia presentan concentraciones elevadas del metabolito de la norepinefrina MHPG en la orina, el plasma o el líquido cefalorraquídeo.

Como con otros trastornos de ansiedad y depresivos, la serotonina y el GABA también pueden estar asociados al origen del trastorno mixto ansioso-depresivo.

En tercer lugar, muchos estudios han encontrado que fármacos serotoninérgicos, como la fluoxetina y la clomipramina, son útiles en el tratamiento tanto de los trastornos depresivos como de los trastornos de ansiedad. Por último, varios estudios familiares han presentado datos que indican que los síntomas de ansiedad y depresivos están relacionados genéticamente, al menos en algunas familias.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico de los trastornos mixtos ansioso-depresivos se pauta con ansiolíticos, antidepresivos o ambos. Entre los ansiolíticos, algunos datos indican que el uso de las triazolobenzodiacepinas (por ejemplo, alprazolam) podría estar indicado, debido a su efectividad en el tratamiento de la depresión asociada con ansiedad.

Las sustancias que afectan al receptor 5-HT, como la buspirona, también pueden estar indicadas. Entre los antidepresivos, los serotoninérgicos (por ejemplo, la fluoxetina) pueden resultar muy eficaces en el tratamiento de trastorno mixto ansioso-depresivo.

Tratamiento psicológico

De todas formas, el tratamiento de elección para este tipo de patologías es la psicoterapia cognitivo-conductual. Por un lado, se trata de que el paciente consiga en primera instancia reducir su nivel de activación fisiológica. Esto se logra mediante técnicas de respiración (por ejemplo, respiración diafragmática) y técnicas de relajación (relajación muscular progresiva, entrenamiento autógeno, mindfulness, etc.).

En segundo lugar, es necesario que el paciente mejore su estado de ánimo. Esto puede conseguirse de diferentes maneras. La terapia de activación conductual puede resultar muy eficaz en este sentido. Se trata de que el paciente retome su nivel de actividad previo. Para ello se le insta a realizar actividades agradables, ya sea recuperando o participando en alguna nueva de manera gradual.

En tercer lugar, resulta útil una fase de psicoeducación. En esta fase se le explica al paciente qué es lo que le ocurre y por qué. Se trata de dar unas nociones básicas acerca de las características de la ansiedad y la depresión para que el paciente normalice su experiencia.

Después, puede ser necesario cambiar algunas creencias o pensamientos que pueden estar manteniendo el problema. Esto puede hacer utilizando la técnica de reestructuración cognitiva.

Como hemos visto, el trastorno mixto ansioso-depresivo carece de entidad propia en algunos sistemas diagnósticos, pero se encuentra con frecuencia en las consultas de atención primaria y su prevalencia es alta. Es un trastorno que tiene tratamiento y que, de no tratarse a tiempo, puede cronificarse.

Por tanto, como asegura la Organización Mundial de la Salud, el trastorno mixto ansiedad-depresión se diagnostica en aquellos casos en los que los síntomas de ambos están presentes pero no son lo suficientemente graves como para realizar un diagnóstico individual. Es decir, por un lado el trastorno de ansiedad pertinente, y, conjuntamente, un trastorno depresivo.

-Dr. Leandro Fernández.

F. la mente es maravillosa.

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